12.5.08

El desencuentro. (Ne touchez pas la hache de Jacques Rivette.)

Me es muy difícil escribir sobre esta película, me ha causado una impresión muy fuerte como hacía tiempo que no sentía. Y sabéis que suelo ser entusiasta. Creo que Rivette está en plena forma y que este film permanecerá en mi memoria así como lo hicieron Céline et Julie. Estructuralmente tiene todos los ingredientes de Rivette, la narratividad circular, las elipsis, el fuera de campo narrativo, la conspiración, la mise en scène teatral, su singular tempo... Me ha entusiasmado la dirección de actores, como ha conseguido de nuevo hacer una obra de teatro filmada en la que la duquesa se mueve para mostrar su vestuario, siempre con un fondo muy definido... La forma en la que se mueven tiene una cadencia dreyeriana que transfigura todas las situaciones en icónicas , instantáneas que podrían congelarse a la manera en la que se relacionan la disposición de los retablos con la puesta en escena del teatro religioso medieval. Se representaba en las iglesias, marcando las posturas y gestualidades claves para la comprensión de la liturgia. Así remarca su gestualidad Rivette. Por no hablar del maravilloso momento en el que Antoinette entra en llanto y observamos sus lágrimas de cera, con innumerables paralelos pictóricos y escultóricos tanto en la tradición flamenca como en la española. Es esta clase de artificio la que logra que este drama , este mito sobre la fatalidad y el desencuentro, alcance su plena verosimilitud y con ella toda su grandeza.